El Real Madrid ha tardado dos días en lamerse las heridas después del tropiezo, muy doloroso por las formas, ante Baskonia. El Wizink Center volvió a celebrar una victoria (95-91) de su equipo, de nuevo con sufrimiento máximo y ante un rival español. Valencia Basket fue un durísimo escollo para los blancos, que abandonados por el triple pero liderados por un magistral Gabriel Deck, capitán general en el barro, tuvieron suficiente para sumar su decimonoveno triunfo del curso en la máxima competición continental.
Además de Deck, quien sobresalió en la segunda mitad, hay que destacar la labor de un Vincent Poirier defenestrado en alguna parte de la temporada pero que demuestra que, cuando está a tope, es diferencial como ‘5’, ya sea titular o suplente. El galo se echó a las espaldas la responsabilidad del rebote ofensivo y la definición cerca del aro, resultando clave para que los blancos se manejaran con ventaja en todo momento, por más que Chris Jones se empeñara en darle la vuelta al luminoso en los últimos minutos.
Después de un inicio de semana turbulento, con una derrota sobre la bocina ante Baskonia, el Madrid se enfrentaba a un segundo duelo nacional en la Euroliga, de nuevo en el Palacio de los Deportes pero esta vez con Valencia Basket enfrente. La máxima exigencia que siempre rodea al equipo blanco adelantaba la resolución. Salvación en caso de triunfo y conato de crisis si volvía a mediar una derrota. De lograr lo primero, el Madrid de Chus Mateo se colocaría de nuevo a un triunfo del primer puesto de la competición, con un partido menos que Olympiacos. Las opiniones y sensaciones pueden estar abiertas, pero los resultados, pese a algunos tropiezos dolorosos, siguen dándole la razón al equipo.
Con Williams-Goss llevando las riendas junto al Chacho –gran labor como asistente–, tanto Rudy como Tavares se asociaron con los bases en la faceta de generadores, desconocida sobre todo para el pívot de Cabo Verde, quien sigue sumando extras a su dominante juego. Fue un encuentro en el que la circulación fue el gran arma de los blancos, mientras que el acierto en el triple, con Jones y Harper como francotiradores, corrió a cargo de un Valencia Basket cuyos exteriores norteamericanos convierten en un rival muy peligroso como visitantes, al más puro estilo Baskonia.
Deck despeja los fantasmas
Así, salió un encuentro en el que los ataques superaron a las defensas, con 20 puntos por cuarto o más para cada equipo, y dejando la resolución para las estrellas. El Madrid, en estas circunstancias, cuenta con Gaby Deck como agente doble, haciendo de forma sobresaliente tanto el trabajo sucio como la labor anotadora clave para vencer, y sobre él fueron los balones decisivos de un tramo final en el que los toma y daca llevaban un tímido color blanco, por la ventaja construida con anterioridad.
Valencia anotaba de fuera y el Real se imponía por dentro, más seguro, suficiente para que cuando fueran forzados a anotar los tiros libres, dos seguros como el propio Deck y Musa, quien pese a su irregular partido se sacó un triple y dos lanzamientos libres con sangre fría, cerraran la contienda y aseguraran una sufrida, pero celebrada victoria que se queda en la capital para volver a catapultar al Madrid a la zona de máximo privilegio en la Euroliga.